Matilde Ucelay Maórtua nació en 1912 en Madrid, en el seno de una familia burguesa, profesional e ilustrada, siendo la mayor de cuatro hermanas. La familia de su padre, Enrique Ucelay, de origen vasco, había ocupado una prominente posición económica, política y profesional en el Madrid del siglo XIX, vinculada al liberalismo político. Por su lado, su madre Pura Maórtua, también de ascendencia vasca, provenía de una familia con un muy buen pasar económico también y si bien no tenía una formación formal específica, tenía siempre un gran deseo de aprender y tuvo la suerte de realizar muchos viajes en los que visitaba museos y obras de arquitectura.
Las niñas Ucelay se criaron en el Madrid de principios del siglo XX: iban de paseo al Parque del Retiro, tenían profesores particulares para todo tipo de actividades (dibujo, francés, alemán, música) y, luego, cuando se creó el “Instituto Escuela” se formaron en la tradición de la Institución Libre de Enseñanza, un modelo impulsado por su abuelo. En esta institución se les enseñaba a razonar en lugar de memorizar, llevaban a los alumnos de excursión para aprender directamente de la naturaleza y, siendo disruptivo para la época, chicas y chicos estudiaban juntos. Con esta privilegiada formación, Matilde presentaba una especial afición por la música y por el deporte - fue una excepcional esquiadora -.
En el instituto Escuela se forjaron profundas amistades y surgieron también algunos matrimonios, como el de la propia Matilde con José Ruiz-Castillo, en ese entonces un muchacho cinco años mayor que ella, hijo de un autodidacta y exitoso editor, fundador de la Editorial Biblioteca Nueva y algunas otras. Pepe sucedió a su padre en la editorial, publicando a importantes escritores e intelectuales de la época.
La influencia de Pura, su madre, sobre Matilde y sus hermanas fue enorme. Pura era una mujer muy inquieta y con un carácter muy fuerte. Fue una de las socias fundadoras del Lyceum Club, una de las primeras asociaciones femeninas españolas creada en 1926. El Lyceum fue una asociación cultural y educativa netamente burguesa, conformada por mujeres de diferentes ideologías, pero todas comprometidas con la educación femenina y la participación social de la mujer.
En 1931 Matilde ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid - la única existente en el país de aquel momento - después de haber cursado los requeridos dos años previos al ingreso, en la Universidad de Salamanca, con calificaciones remarcables. Matilde fue la primera mujer española en titularse como arquitecta en junio de 1936 y la primera en ejercer plenamente la profesión, habiendo acabado la carrera un año antes de lo previsto, incluso con todas las trabas que tuvo, dado que todavía existía mucha misoginia en el ambiente educativo. En aquel entonces, la noticia de que una mujer había recibido el título de arquitecta, circuló por todos los medios.
Tras despertarse la Guerra Civil Española, en 1936, Matilde fue la única mujer y la persona más joven de los 29 arquitectos que formaron la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid, llamada “del Frente Popular”. Esta junta tenía como objetivo objetivo apoyar al gobierno legítimo de la República frente al golpe de estado militar, y Matilde tuvo el cargo de secretaria. La realidad es que la arquitecta formó parte de esta junta solo dos meses. Luego se trasladó a Valencia a pasar allí la guerra, con sus familiares y con su futuro esposo, con quien se casó en 1937 y dio a luz, un poco más tarde, a su primer hijo José Enrique.
A pesar de haber sido corta, esta participación tuvo sus rezagos después de la guerra: los arquitectos que formaron parte del Frente Popular fueron acusados del delito de auxilio a la rebelión y condenados por el Código de Justicia Militar, en una causa que se prolongó desde el verano de 1939 hasta su archivo definitivo en 1954. En el juicio, varias personas presentaron testimonio a favor de Matilde, sin embargo fue sentenciada en 1942 a la inhabilitación a perpetuidad para cargos públicos, directivos y de confianza, con prohibición para el ejercicio privado de la profesión durante cinco años e indemnización de 30.000 pesetas. Así, su título obtenido en 1936 no fue expedido oficialmente hasta 1946.
Matilde tenía ideas claras y firmes sobre la disciplina, y siempre estaba a la vanguardia de lo que sucedía en el mundo de la arquitectura tanto en España como fuera de ella. Instaló su estudio de arquitectura en 1939 en un pequeño ático de Madrid, en el Edificio Castaño, tras volver de Valencia, y allí ejerció durante toda su vida laboral, hasta su jubilación en 1981. A pesar de haber tenido inhabilitado su título algunos años, la arquitecta diseñó varios edificios que no llevaron su firma durante ese tiempo.
En 1940 realizó su primera obra, por encargo de su suegra, Paz Basala: La Huerta del Venado. Se trataba de un proyecto de ampliación de la casa de la familia Ruiz-Castillo en la Granja de San Ildefonso, en Segovia. Como consecuencia de la prohibición de ejercer cargos públicos y directivos, Matilde dirigió su carrera hacia la arquitectura doméstica y los encargos privados, con alguna incursión en la arquitectura industrial. Su posición social y sus contactos familiares le permitieron trabajar para la alta burguesía madrileña y construir edificios de elevados presupuestos. En sus obras resalta la sensibilidad por el uso y el cuidado en los detalles constructivos.
Entre sus obras destacan algunos proyectos residenciales ubicados en Madrid, como la Casa Oswald, la Casa Bernstein, la Casa Barreiros, la Casa Utray, la Casa Wissenberg, la Casa Benítez de Lugo o la Casa Obregón; y algunos interesantes proyectos de otras tipologías, como la Librería Turner, en Madrid; la nave para la trefilería Driver-Harris Ibérica; el Laboratorio Medix o las Naves Claudio Barcia (almacén para productos químicos). Otra obra referente de esta arquitecta es la reforma del ático en el que tenía su vivienda-estudio.
En 2004 Matilde obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura de España y dos años después participó en la Bienal de Venecia de Arquitectura, en el pabellón “España, nosotras, las ciudades”, representando a su país en el evento. Falleció en Madrid, en noviembre de 2008, y en 2018 todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Madrid la conmemoraron poniéndole su nombre a un jardín del distrito de Chamberí.
Fuente:
- Sánchez de Madariaga, Inés: Matilde Ucelay. Una vida en construcción. Ministerio de Fomento, Madrid, 2012.